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El clásico pizarrón verde ha formado parte de la historia personal de casi todo el mundo. Por la comodidad de su uso, ha sido un elemento fundamental del mundo de la enseñanza durante décadas. El resistente material de su superficie y la facilidad con que se limpia han hecho del pizarrón o pizarra un objeto atemporal y lleno de ventajas. La aparición de todo tipo de pizarras, magnéticas, blancas y digitales, no ha acabado con el pizarrón verde de toda la vida, que no solo permanece en muchas aulas, sino que se ha instalado en la sociedad como un objeto retro lleno de carácter.
En el contexto de los centros de enseñanza, el pizarrón verde ha sido un compañero constante de profesores y estudiantes. La tiza deslizándose sobre la superficie verde proporciona una experiencia única, que casi se puede sentir sin verla. La pizarra verde, con su tono característico, se convierte en un lienzo donde se plasman desde ecuaciones matemáticas a palabras clave y diagramas de todo tipo, en una presentación tan simple como efectiva.
A diferencia de las pizarras blancas, las cuales utilizan marcadores y son más comunes en entornos empresariales, la pizarra verde ofrece una estética clásica y atemporal. La elección entre pizarra verde o blanca a menudo depende de la preferencia personal o de la tradición de la institución educativa. Algunos profesores se sienten más cómodos con la pizarra tradicional, mientras que otros optan por la practicidad de las pizarras blancas.
La versatilidad de las pizarras verdes no se limita al ámbito educativo. En el ámbito empresarial, los pizarrones se utilizan para presentaciones impactantes y reuniones colaborativas. La combinación de la tiza y la superficie verde permite una fácil adaptación a cambios de última hora y una interacción dinámica durante las discusiones.
Las personas que piensan en hacerse con un pizarrón verde para gis o tiza deben tener en cuenta algunos factores. Por ejemplo, la elección entre una pizarra de pared o un pizarrón pequeño portátil, que dependerá del uso previsto y del espacio disponible. Un pizarrón de gis de pared puede ser una buena compra para instalar en una aula, mientras que el pequeño sirve como regalo original y lleno de posibilidades. En cualquier caso, conviene buscar una pizarra con una superficie de alta calidad, que permita una escritura suave y un borrado fácil. En algunas, puede suceder que la tiza forme una mancha desagradable después de pasar el borrador, lo cual impide el uso posterior de la superficie y compromete la claridad de lo que se escriba. Los tamaños son muy variados, desde las que suman varios metros hasta las de uso individual, poco más grandes que un folio de papel. Dependiendo del tamaño, el tipo de montaje también será distinto. En un entorno permanente, como puede ser un colegio, será más beneficioso optar por pizarrones permanentes, mientras que para otros usos es preferible la practicidad de transporte de una pizarra portátil. Por lo demás, no es mala idea prestar atención al marco del pizarrón, para verificar que sea robusto, y asegurarse de si incluye algún accesorio como bandeja para la tiza, la propia tiza o algún borrador.